
conservarla lo mejor posible.
Dame un alma santa, Señor, que mantenga ante mis ojos todo lo que es bueno y puro, para que a la vista del pecado no se turbe, sino que sepa encontrar los medios para poner orden en todas las cosas.
Dame un alma ajena a la tristeza, que no conozca refunfuños, ni suspiros ni lamentos. Y no permitas que esta cosa que se llama "yo", y que siempre tiende a dilatarse, me preocupe demasiado.
Dame, Señor, sentido del humor.
Dame la gracia de comprender una broma, para lograr un poco de felicidad en esta vida y saber regalarla a los demás.
Así sea.
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