jueves, 16 de agosto de 2007

Oración en la madurez

Una magnífica oración para cuando nos vamos haciendo mayores. Creo de es de Sto. Tomás Moro, pero no estoy seguro.

Señor, Tu sabes mejor que yo que me estoy haciendo viejo.
Si no me llevas Contigo, te ruego:
Que no me convierta en una persona demasiado locuaz y sobre todo no adquiera la costumbre fatal de decir siempre mis opiniones sobre cualquier asunto y de cualquier cuestión.
Líbrame de la manía de querer arreglar los asuntos todos.
Que no me detenga en referir detalles innumerables sobre cosas; dame alas para llegar a la conclusión.
Concédeme la fuerza de escuchar a los demás cuando me cuentan los sufrimientos. Ayúdame a soportar con paciencia, si es necesario, esas historias más o menos dolorosas.
Pon un sello en mis labios para que a troche y moche no me lamente de mis penas y dolores.
Enséñame la lección estupenda de que yo también me puedo equivocar muchas veces.
Haz que permanezca razonablemente amable.
Que sea más reflexivo, pero no abstracto.
Que abrigue deseos de servir y no de dominar.
Hay momentos en que pienso que tengo una gran prudencia y es una pena no aplicarla toda.
Que viva la caridad más delicada con mis hijos y que hasta el final me apoye sólo en ellos.

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