martes, 2 de octubre de 2007

79 años de la fundación del Opus Dei

Hoy hace 79 años de la fundación del Opus Dei. San Josemaría oyó ese día las campanas de Ntra. Sra. de los Angeles en Madrid, en el momento en que Dios le hacía ver lo que le pedía.

Andrés Vázquez de Prada nos lo cuenta:

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Para aquel joven sacerdote la fecha del 2 de octubre de 1928 tenía un sentido muy preciso. Era la fecha de la fundación del Opus Dei. Por eso existe en todos sus relatos una gran vigilancia de estilo para evitar ambigüedades de interpretación; aislando, aposta, el suceso sobrenatural de las demás circunstancias personales:

Y llegó el 2 de octubre de 1928. Yo hacía unos días de retiro, porque había que hacerlos, y fue entonces cuando vino al mundo el Opus Dei (1).

Ese hecho histórico fue un acontecimiento imprevisto e inesperado. En modo alguno la concepción de una empresa humana, sino el resultado de un empujón divino en la historia de la Humanidad. Rompió la Obra en el mundo, aquel 2 de octubre de 1928, dirá el Fundador, de manera impersonal, en una de sus meditaciones (2).

En todo caso queda claro su origen. Don Josemaría tuvo siempre firme conciencia de que el protagonista de aquel suceso, su autor principal, quien dominaba la situación con su majestad, quien tomaba la iniciativa irrumpiendo imperiosamente en el alma de su siervo, era el Señor. Ese día —dice—, el Señor fundó su Obra, suscitó el Opus Dei (3).

Colocándose en segundo plano, evitó, pues, el empleo de la palabra "fundador". Se atribuyó siempre un papel secundario, como receptor de aquella iluminación divina, como persona gratuitamente elegida por el Señor para jugar con él, como juega un padre con un niño pequeño:

Una vez más se ha cumplido lo que dice la Escritura: lo que es necio, lo que no vale nada, lo que —se puede decir— casi ni siquiera existe ..., todo eso lo coge el Señor y lo pone a su servicio. Así tomó a aquella criatura, como instrumento suyo (4).

Y, más expresivamente, escribió en 1934:

La Obra de Dios no la ha imaginado un hombre [...]. Hace muchos años que el Señor la inspiraba a un instrumento inepto y sordo, que la vio por vez primera el día de los Santos Ángeles Custodios, dos de octubre de mil novecientos veintiocho (5).

Aquella iluminación constituyó, para siempre, su único punto de referencia histórica en cuanto al origen de la Obra, considerando ese 2 de octubre como fecha de una invitación y de una respuesta, por su parte, a ese llamamiento fundacional (6).

Es razonable —decía un 2 de octubre— que os dirija unas palabras en el día de hoy, cuando comienzo un año nuevo de mi vocación al Opus Dei. Sé que vosotros lo esperáis, aunque debo deciros, hijos de mi alma, que siento una gran dificultad, como un gran encogimiento de mostrarme en este día. No es la natural modestia. Es el constante convencimiento, la claridad meridiana de mi propia indignidad. Jamás me había pasado por la cabeza, antes de aquel momento, que debería llevar adelante una misión entre los hombre (7).

1. Meditación del 14-II-1964.
2. Meditación del 2-X-1962.
3. Apuntes, n. 306; Carta 14-II-1950, n. 3. Como dice mons. J. Echevarría: «El Fundador no concibió el propósito de fundar el Opus Dei. El Señor le hizo ver la Obra el 2 de octubre de 1928, cuando se encontraba haciendo unos ejercicios espirituales en el Convento de los Padres Paúles, situado en la madrileña calle de García Paredes [...]. Fue, pues, una inspiración que el Señor transmitió exclusivamente al Siervo de Dios. Por lo tanto, no fue una idea que concibió por su cuenta, ni tampoco un proyecto nacido con la participación de otras personas» (Sum. 2139).
4. Meditación del 19-III-1975.
5. Instrucción 19-III-34, nn. 6-7.
6. En una de las anotaciones de sus Apuntes íntimos se lee: Vísperas de los Santos Ángeles Custodios: 1-oct-33: mañana, cinco años desde que vi la O. (Apuntes, n. 1055).
Y, al releer años más tarde esa entrada en uno de sus cuadernos de las Catalinas, comentaría a mons. A. del Portillo: Para mí, es el modo más claro de decirlo: ¡desde que vi la Obra! (ibidem, n. 1055, nota 808). El Señor, pues, había fundado; y él, había "visto".
Como explica mons. del Portillo: «En la mente del Padre —en lo que Dios le había grabado en su alma— no existía un fenómeno asociativo: porque, en este caso, el Opus Dei no estaría todavía fundado, mientras no hubiese por lo menos dos socios, el Padre y el primero de sus hijos. En cambio, esta afirmación repetida siempre por nuestro Padre, de que el Opus Dei se fundó el 2 de octubre de 1928, demuestra con claridad que nuestro Padre veía la Obra como obra de Dios, y él era solamente un instrumento para que Dios realizara esa Obra. El momento en que Dios Nuestro Señor cogió en sus manos este instrumento, y le hizo ver qué es lo que quería, para que pudiese empezar a trabajar, el Opus Dei estaba ya fundado» (Apuntes, n. 306, nota 300).
7. Meditación del 2-X-1962.

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